
El cuerpo de un bebé es mucho más sensible que el de un adulto. Su sistema de termorregulación —el que ayuda a mantener una temperatura corporal estable— aún está en desarrollo, lo que lo hace más vulnerable tanto al calor intenso como al frío extremo. Por eso, es fundamental que los padres aprendan a identificar los riesgos y tomen medidas para mantener al pequeño cómodo y seguro en cualquier estación del año.
En este artículo, te explicamos cómo proteger a tu bebé del calor y del frío, con consejos prácticos y recomendaciones médicas para garantizar su bienestar.
Cómo proteger al bebé del calor
Durante los meses más calurosos, los bebés pueden sufrir deshidratación, irritaciones cutáneas o golpes de calor, especialmente si están expuestos a altas temperaturas o a ambientes sin ventilación.
1. Mantén una temperatura agradable en casa
Procura que el ambiente donde el bebé pasa la mayor parte del tiempo esté entre 22 °C y 25 °C. Si usas aire acondicionado, evita que el flujo de aire dé directamente sobre él y mantén una hidratación adecuada.
2. Viste al bebé con ropa ligera
Opta por prendas de algodón o lino, que permiten que la piel respire. Evita telas sintéticas y ropa muy ajustada. Si hace mucho calor, una sola capa de ropa es suficiente.
3. Evita las horas de sol más fuertes
No saques al bebé al exterior entre las 10 a. m. y las 4 p. m., cuando la radiación solar es más intensa. Si necesitas salir, usa sombrillas, gorros y protectores solares especiales para bebés (a partir de los 6 meses).
4. Mantén una buena hidratación
Si el bebé toma leche materna, ofrécela con más frecuencia. Si ya consume líquidos, asegúrate de ofrecer agua regularmente para prevenir la deshidratación.
5. Cuidado con el coche
Nunca dejes al bebé dentro del auto, ni siquiera por pocos minutos. Las temperaturas pueden subir drásticamente y representar un riesgo mortal.
Cómo proteger al bebé del frío
Durante el invierno o en lugares de clima frío, los bebés pueden perder calor corporal con facilidad. La hipotermia es un riesgo real si no se toman las precauciones necesarias.
1. Viste al bebé por capas
Usa varias capas de ropa ligera que puedas quitar o poner según la temperatura. Una regla útil es ponerle una capa más de la que tú usarías en el mismo ambiente.
2. Protege cabeza, manos y pies
Gran parte del calor se pierde por la cabeza y las extremidades. Usa gorros, guantes y calcetines suaves, asegurándote de que no estén demasiado apretados.
3. Evita el sobreabrigo
Aunque parezca contradictorio, abrigar demasiado al bebé también puede ser peligroso. Revisa su cuello o espalda: si está sudando, quítale una capa.
4. Mantén la habitación cálida y ventilada
La temperatura ideal está entre 20 °C y 22 °C. Usa mantas livianas y evita colocar al bebé cerca de corrientes de aire o calefactores directos.
5. Paseos seguros
Si sales al exterior, asegúrate de cubrirlo bien y limita el tiempo de exposición. En coche, retira capas gruesas antes de abrochar el cinturón de seguridad para evitar accidentes.
Señales de alerta
Presta atención a los signos que podrían indicar que el bebé está sufriendo por el calor o el frío:
En calor extremo: piel roja, sudoración excesiva, irritabilidad, respiración rápida o fiebre.
En frío extremo: piel pálida, manos o pies fríos, llanto débil o somnolencia inusual.
Ante cualquiera de estos síntomas, busca atención médica de inmediato.
Recomendación final
Cada estación requiere cuidados distintos, pero el principio es el mismo: observar al bebé y ajustar su entorno según sus necesidades. Un ambiente confortable, ropa adecuada y una rutina atenta son las claves para mantener su bienestar en cualquier clima.


