¿Cómo prevenir accidentes en casa?

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El hogar es el lugar donde los niños deberían sentirse más seguros, pero también es donde ocurren la mayoría de los accidentes durante la infancia.
Caídas, quemaduras, intoxicaciones y golpes son incidentes comunes que, en muchos casos, pueden evitarse con precauciones sencillas y atención constante.

Prevenir accidentes en casa no solo implica instalar dispositivos de seguridad, sino también crear hábitos conscientes de protección en toda la familia.
A continuación, te presentamos las principales medidas que puedes tomar para garantizar un entorno seguro para tu bebé y tus seres queridos.


Identificar los riesgos según cada etapa

A medida que el bebé crece, cambia su forma de explorar el entorno, y con ello, también los posibles peligros.
Por eso, la prevención debe adaptarse a su edad y habilidades:

  • De 0 a 6 meses: riesgo de caídas desde superficies altas, asfixia o quemaduras.
  • De 6 a 12 meses: comienzan a gatear y tocar todo; riesgo de golpes, enchufes, cables y objetos pequeños.
  • De 1 a 3 años: aprenden a caminar y subir escaleras; riesgo de caídas, intoxicaciones y cortes.
  • De 3 años en adelante: más independencia, pero aún sin noción completa del peligro.

Anticiparte a sus movimientos y preparar los espacios antes de cada etapa es la clave para evitar accidentes.


Prevención de accidentes más comunes en casa

1. Caídas

Las caídas son una de las causas más frecuentes de accidentes domésticos.
Para evitarlas:

  • Nunca dejes al bebé solo sobre una cama, cambiador o sofá.
  • Coloca barandillas o puertas de seguridad en escaleras.
  • Evita superficies resbaladizas o juguetes sueltos en el suelo.
  • Asegura los muebles y estanterías a la pared.
  • Usa alfombras antideslizantes y verifica que los zapatos del niño tengan buena tracción.

2. Quemaduras

Las quemaduras pueden producirse por líquidos calientes, estufas o enchufes.
Sigue estas recomendaciones:

  • Mantén tazas, ollas y planchas fuera del alcance del bebé.
  • Nunca cargues al bebé mientras cocinas o sostienes líquidos calientes.
  • Usa protectores para hornillas y cubiertas de enchufes.
  • Comprueba siempre la temperatura del agua del baño antes de sumergir al bebé.

3. Intoxicaciones

Los productos de limpieza, medicinas y cosméticos pueden ser muy peligrosos si se ingieren.

  • Guarda todos los productos tóxicos en estantes altos o con cerraduras de seguridad.
  • No transfieras químicos a botellas o envases de comida.
  • Enseña a los niños mayores a no tocar ni probar nada sin permiso.
  • Conserva los medicamentos en sus envases originales y fuera de su alcance.

4. Asfixia y atragantamiento

Los bebés exploran el mundo con la boca, lo que aumenta el riesgo de atragantamiento.

  • Evita dar alimentos duros, uvas enteras o frutos secos antes de los tres años.
  • No dejes piezas pequeñas, botones o juguetes diminutos a su alcance.
  • Acuesta siempre al bebé boca arriba para dormir.
  • Mantén cuerdas, cortinas y cables fuera de su cuna.

5. Cortes y golpes

A medida que se mueven más, los niños pueden golpearse con esquinas o manipular objetos peligrosos.

  • Coloca protectores en las esquinas de los muebles.
  • Guarda los objetos cortantes, herramientas o tijeras en lugares altos.
  • Asegúrate de que los juguetes no tengan bordes filosos ni piezas sueltas.

Crea un entorno seguro

La seguridad infantil no se basa solo en la supervisión, sino también en el diseño del entorno.
Algunas acciones simples pueden marcar la diferencia:

  • Instala cierres de seguridad en cajones y puertas.
  • Coloca tapones de enchufe en todas las tomas eléctricas.
  • Asegura las ventanas con rejas o seguros.
  • Usa puertas de seguridad en pasillos o escaleras.
  • Mantén plantas, detergentes y objetos decorativos pequeños fuera del alcance.

Revisa periódicamente la casa: los niños crecen rápido, y lo que hoy es seguro, mañana puede no serlo.


Enseñar seguridad desde pequeños

A medida que los niños crecen, también pueden aprender hábitos básicos de prevención.
Explícales con palabras simples por qué no deben tocar ciertos objetos, correr en el baño o jugar cerca de la cocina.
Convertir la seguridad en un hábito familiar fomenta su independencia responsable y su propio autocuidado.

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